El cuento de "Los Tres Cerditos" y la caída del Muro de Berlín



por Javier Montenegro


Haciendo una alegoría con el cuento de Los Tres Cerditos, cuando el lobo capitalista de libre mercado destruyó soplando el Muro de Berlín, lxs cerditxs marxistas huyeron en todas direcciones a refugiarse en otras casitas, todo tipo de casitas, aunque para entrar tuvieran que cambiar de chaqueta cien veces y acabar trastornadxs, y así es como algunxs llegaron a la casa de lxs cerditxs anarquistas, y desde entonces ahí que lxs tenemos metidxs, haciendo bueno aquello de “por la caridad entra la peste”. 

Me refiero a Miguel Amorós, Carlos Taibo, Agustín Guillamón y algunx más. 

Lxs anarquistas sabemos bien lo que significa el marxismo en todas sus variantes, y adonde les han llevado sus pretensiones científicas -siendo de todo menos científicas-, su estulticia intelectual y su falta de ética, aquello de “el fin justifica los medios”. Trotsky (1), el asesino de Cronstandt y sus extraños aliados -Hitler y Mussolini- contra Stalin. Rosa Luxemburgo y su empeño en ser vanguardia dirigente de la huelga general revolucionaria, para espanto de Lenin y de lxs anarquistas. Lxs consejistas, reñidxs con todxs porque “el objetivo del proletariado no es la destrucción del Estado, sino su conquista”, y por considerar contrarrevolucionarios todos los “partidos y sindicatos” menos el suyo, la nueva clase dirigente. El retardatario Lukács y sus “mentiras necesarias” en defensa del opresivo y decadente "realismo socialista". La delirante Escuela de Frankfurt (luego en Los Ángeles, California, con mejor clima) en guerra contra Moscú: Adorno y su cruzada contra el jazz, la música popular moderna y la radio; Horkheimer, vomitando espuma contra la Ilustración, a la que definía como “despliegue de racionalidad opresiva y destructora”; Erich Fromm, su homofobia heteronormativa y su “socialismo democrático” sin cafeína; Habermas y su elitista “democracia deliberativa” (por consenso), sin cuestionar la democracia representativa (burguesa), -este por contrarrevolucionario es el más amado por los posestructuralistas, especialistas en discusiones bizantinas y divagar sobre cualquier cosa-; Marcuse y el frívolo “vitalismo integral” en reemplazo de la inconsistente y evanescente "conciencia de clase", fascinado con lxs hippies y el LSD; Reich, la orgonita y los platillos volantes. Mao y su revolución cultural, que casi acabó con una cultura milenaria. El Partido Comunista Francés del eurocomunista (antes eran prosoviéticxs) Georges Marchais y sus ataques a lxs inmigrantes, haciendo amigxs (ironía), su discurso xenófobo abrió las puertas de los barrios obreros a la extrema derecha que dura hasta hoy. Sartre y su retorcido “existencialismo marxista”, para el que “el infierno son los otros”, haciendo bandera de la desconfianza en el prójimo. Garaudi, de sumo sacerdote del marxismo cristiano a fanático converso del Islam. Althusser, el atormentado estructuralista que no quería ser estructuralista, y que haciendo corta y pega (de Freud y Lacan) se atribuía ser intérprete del "verdadero" Marx, para después de casi cuarenta años de convivencia estrangular a su compañera Hélene Rytmann, y acabar internado en un hospital psiquiátrico. Baudrillard, otro posestructuralista, de aprendiz de Sartre (…) a teórico de la posmodernidad (sin comentarios). El ex trotskista Guy Debord, remedo de Walter Benjamin (el rabino comunista) sabio al que habría hecho vomitar, marxistoide enamorado del jesuita (2) Baltasar Gracián -precursor en el s. XVII de la "cultura del éxito" para "self-made man" y aquello de "saber nadar y guardar la ropa", en sintonía con la máxima de Hobbes: "el hombre es un lobo para el hombre"-, y uno de los fundadores de la ecléctica y malograda Internacional Situacionista, disuelta en 1972, que abrió las puertas cuando no derivó en la repugnante, incoherente, aristocrática y pobre, posmodernidad. Y otro ex trotskista, Lyotard, “sabio” posmoderno con su “economía libidinal”, parodia freudiana que le sirve de excusa para mostrar su adhesión a la economía de libre mercado, y explicar el capitalismo por el mismo camino que llevó a Michel Onfray a su inconsecuente "capitalismo libertario". Jacques Derrida, posestructuralista y posmoderno, alumno de Althusser, "deconstructor" del estructuralismo para regocijo de lo más casposo de la Academia. Toni Negri, de Acción Católica a las Brigadas Rojas, sin hacerle ascos a nada, y en 2005 junto a Cohn-Bendit de campaña electoral con el Partido Socialista Francés. El narcisista y mediocre Bonanno (que por no saber, no sabe ni que es marxista) empeñado en hacerse famoso en los medios anarquistas como inventor del “insurreccionalismo”, aunque este, como la rebelión o la insumisión, sea más antiguo que la escritura. Otro posestructuralista más, el desquiciado Foucault (este es el más amado por la CIA), plagiador de Kropotkin y Déjacque (para relaciones de poder, delincuencia y prisiones), Otto Gross (sobre drogas), Daniel Guérin (sobre sexualidad) y David Cooper (sobre psicología social y antipsiquiatría), mezclado con un batiburrillo infumable de Marx, Nietzsche y Heidegger repensados por la Escuela de Frankfurt, políticamente idiotizado apoyó la instauración de la teocracia del ayatolá Jomeini en Irán, y a río revuelto ganancia de pescadores atribuyéndose el descubrimiento de la pólvora, experto en la nada en la más genuina tradición de su viejo mentor (por inducción del zumbado Althusser) el gran plagiador Karl Marx, con una grandísima lista de damnificadxs, por ejemplo: Babeuf, Buonarroti, William Thomson, Blanqui, Lasalle, Flora Tristan, Proudhon, Rodbertus, etc. 

Y sobretodo las nefastas consecuencias para las libertades individuales allá donde han implementado sus famosas dictaduras del proletariado, porque como dijo Luigi Fabbri, “la libertad no se obtiene más que con la libertad, por el camino de la libertad, con los medios de la libertad” (3). Lxs anarquistas pensamos con Rocker que “Cuando un Lenin -lo mismo que un Mussolini- se atrevió a proclamar que la libertad es un prejuicio burgués, no demostró sino que su espíritu no supo elevarse hasta el socialismo, y quedó estancado en el viejo círculo del jacovinismo. Es un absurdo hablar de un socialismo libertario y de un socialismo autoritario: ¡el socialismo será libre o no será socialismo!” (4). Como dijo don Quijote, “La libertad, amigo Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre” (5). Y no confundir esta, con la libertad de mercados, “la facultad ilimitada de los capitalistas de explotar a los trabajadores y de hacerse la competencia en perjuicio de la producción y, por tanto en perjuicio de todos los consumidores, esa usurpa el nombre de libertad, pues no es más que arbitrariedad y privilegio” (6).

Y después de este repaso lacónico por la empanada mental marxistoide, decir que mucho peor que lxs marxistas y su afán de notoriedad, son lxs oportunistas sin escrúpulos que han hecho de la apostasía bandera. Ayer vehementes apóstoles del marxismo heterodoxo, y hoy agresivxs sofistas al servicio de la economía de libre mercado y la democracia representativa, la mezcla de codicia y mezquindad social, fuente de todos los males de la Humanidad, defendiendo lo indefendible con toda su cara dura; o infiltradxs en ámbitos libertarios, charlatanxs de tres al cuarto en carromatos levantando polvo por los caminos a la búsqueda de pardillxs a lxs que, con la mercadotecnia apropiada a cada nicho de mercado, despistar un poco más de lo que ya están y venderles sus elíxires mágicos, o simplemente recoger aplausos regalados con los que satisfacer egos enfermos. Una desbandada de arribistas, instalada en el eclécticismo posmoderno y la impostura política e intelectual, facilitada por la estupidez general de los tiempos y la degradación de la cultura, que ha infantilizado la sociedad hasta transformar los Estados en guarderías dirigidas en la sombra por grandes corporaciones multinacionales. La característica principal de estxs sujetxs, supuestxs eruditxs, aparte de su bajeza intelectual, es su talento de embaucadorxs y su maleabilidad ética. De entre lxs primerxs, aquellxs vendidxs a la dictadura de los mercados, que abrieron camino dos décadas antes de la caída del Muro de Berlín, está el basurero de Mayo del 68, "los nuevos filósofos", que después de leer el embrollo de Althusser y dejarse impresionar por los relatos para no dormir del fanático Alexandr Solzhenitsyn, se cayeron del caballo como San Pablo camino de Damasco, para abrazar el viejo credo del capitalismo de libre mercado con la fe del converso, y de paso conservar sus puestos de trabajo y preservar sus privilegios en las universidades, todxs bien derechistas: Jean-Marie Benoist, Michel Guerin, Bernard-Henri Lévi, Maurice Clavel, Jean-François Revel, etc. 

Dando la tabarra en ámbitos autodenominados anarquistas, desde el oportunismo más indecente y desnaturalizando el anarquismo con agresivas extravagancias, aprovechando la ingenuidad y la falta de formación de los auditorios, o lo que es lo mismo, aprovechando la coyuntura de mercado, y que el porcentaje de idiotas con poder adquisitivo hoy es mayor que nunca, nos encontramos con: antidesarrollistas, conspiranoícxs, defensorxs de la familia (incluso del patriarcado heteronormativo) y reaccionarixs de toda laya (straight edge, “provida”, homófobxs, transfóbicxs, neomalthusianxs, españolistas, racistas, puterxs, etc), marxistas heterodoxos (maoístas, consejistas, operaístas, trotskistas, etc), exmaoístas rebotadxs devenidxs en primitivistas (7), cristianxs de base (discípulxs desquiciadxs de Iván Illich y revisionistas de la teología de la liberación), pacifistas, etc, organizadxs en sectas con la etiqueta de "anarquista" o "libertarix" como reclamo, para atraerse adeptxs, saturando internet con propaganda tóxica, que es de todo menos anarquista. 

Botarates y mamarrachos ideológicos, antes adalides del marxismo, que se han dejado sentir en todas las opciones ideológicas, del anarquismo a la extrema derecha, con un discurso tan ambiguo, por sucio y transversal, que a veces es difícil distinguir a uno del otro, y que despojadxs de su fama, envuelta en las brumas de un pasado mítico recreado por hagiógrafxs (8) o por ellxs mismxs, con biografías maquilladas hasta el esperpento para hacerlas digeribles, y desvelado el secreto de su imbecilidad, ejemplifican a la perfección aquello de que “en España la mejor forma de guardar un secreto es publicarlo”, porque en realidad eran infumables en tiempos de ”El Viejo Topo” (9), y lo siguen siendo ahora.

Salvando las distancias, tenían que esforzarse mucho para llegar al grado de indignidad y miserabilidad humana de un Carlos Díaz, un Heleno Saña, un Fernando Arrabal, un Fernando Savater o un Antonio Escohotado, ayer autodenominados ácratas y luego cualquier cosa menos anarquistas, y lo han conseguido.





(1) El italiano Gramsci (1891-1937), otro pesado de cuidado, teórico del eurocomunismo cuyos escritos después de muerto vinieron muy bien a la Democracia Cristiana italiana y a la OTAN, éste se refería a Trotsky como la “prostituta del fascismo”. 

(2) Quintaesencia de la hipocresía católica. 

(3) “Comunismo libertario o Capitalismo de Estado”, Luigi Fabbri, Campo Abierto Ediciones, 1977, Madrid, pág. 96

(4) “Nacionalismo y cultura”, Rudolf Rocker, Las Ediciones de La Piqueta, 1977, Madrid,pág. 299

(5) Al comienzo del capítulo LVIII de la “Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha”, inmortal obra de Cervantes publicada en 1615.

(6) “Comunismo libertario o Capitalismo de Estado”, Luigi Fabbri, Campo Abierto Ediciones, 1977, Madrid, pág. 98

(7) Félix Rodrigo Mora (Heriberto García Díaz para el Ministerio de Hacienda) y María del Prado Esteban Diezma (la tonta del bote), que no se sabe si no serán la misma persona disfrazada. 

(8) El oficio con más tradición y salidas profesionales en el periodismo español desde su nacimiento a mediados del siglo XIX hasta hoy, sin interrupción.

(9) Prestigiosa revista marxistoide, editada en su primera etapa entre 1976 y 1982.


Ilustración de Joan Llaverias i Labró (1865-1938)


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