LA HUELGA DE LOS ELECTORES, escrito de Octave Mirbeau publicado el 28 de noviembre de 1888 en el diario Le Figaro


Una cosa que me asombra prodigiosamente -me atrevería a decir que estoy estupefacto- es que en el momento científico en que estoy escribiendo, tras las muchas experiencias y los escándalos periodísticos, pueda todavía existir en nuestra querida Francia (como dicen en la Comisión presupuestaria) un elector, un solo elector, ese animal irracional, inorgánico, alucinante, que consienta abandonar sus negocios, sus ilusiones o sus placeres, para votar a favor de alguien o de algo. Si se piensa un solo momento, ¿no está ese sorprendente fenómeno hecho para despistar a los filósofos más sutiles y confundir la razón ?