REPARTO DEL TRABAJO

Mucho se habla del paro, haya crisis o no, más aún en momentos como el que vivimos. Momentos en que el  nivel de paro es abrumador, y se impide el acceso al trabajo a probadxs profesionales y jóvenes bien preparadxs, mientras se le piden horas extras y más años de trabajo a quien ya ha cumplido más que sobradamente. Pero haya crisis o no, siempre habrá paro, este es un elemento básico en el Mercado de trabajo para que la jugada les salga rentable a quienes lo acaparan todo. De no haber paro, o incluso de haber carestía de “mano de obra” o “recursos humanos” (es a lo que nos rebajan), no se podrían mantener las condiciones miserables que se dan en las relaciones laborales. Tendrían que ofrecer más cosas; dinero, vacaciones, comodidades, participación en la gestión… lo que se les ocurriese.

No hace falta ser un lince para darse cuenta que mantener a una parte de la población sin trabajo, para tener a otra trabajando hasta la extenuación para mantener un circuito de privilegios no es sostenible. Sin entrar en las implicaciones personales, un o una parada significa un subsidio o una ayuda más a pagar, un sueldo menos para gastar en bienes y servicios, una cotización menos a la seguridad social, etc. Lo que a la larga repercute en todo tipo de sectores económicos: desde el pequeño comercio que ve reducidos sus clientes porque están en el paro hasta el jubilado que ve congelada su pensión con la excusa de la pérdida de cotizaciones a la seguridad social.

REDUCCIÓN DE JORNADA Y REPARTO DEL TRABAJO

Puesto que el paro es estructural y como lxs “emprendedorxs” son ratas (que nos perdonen las ratas) por naturaleza y ahora no ven muchas posibilidades de subvención -sin las que no saben vivir-, no tiene sentido pensar que vayan a "crear empleo". Por eso, es de sentido común pensar en repartir el que ya existe.

A la vista de la magnitud del problema, se hace necesario reducir la jornada, es decir, que lxs que ahora trabajan lo hagan durante menos horas, de modo que para mantener la producción la patronal se vea forzada a contratar paradxs. Trabajando menos, trabajamos todxs. Sin ir demasiado lejos, en Alemania recientemente reducir la jornada laboral a 30 horas semanales (solo se ha aplicado en casos puntuales y en equivalentes a EREs) ha salvado 1 millón de empleos.

Por otro lado, es de dominio público que las condiciones laborales en España son bastante peores que en el resto de la Europa, a la que nuestrxs empresarixs y políticxs dicen querer emular. De la jornada laboral, a la seguridad en el trabajo, la productividad o la conciliación de la vida con el trabajo. El trabajo aquí está muy poco valorado (véanse sueldos), las 40 horas de jornada semanal que padecemos son las que dinamitan la productividad, 8 horas diarias para una persona con una carga familiar pueden resultar agotadoras, lo que influye de manera directa a la salud, a la productividad, al estado de ánimo y las ganas de ir a trabajar al día siguiente.

A voz de pronto reducir la jornada laboral en un 25% (hasta las 30 horas semanales) haría necesaria la contratación de un 25% más de trabajadores para cubrir el hueco. Si actualmente la población activa española ronda los 18 millones de empleados, el 25% supone algo más de 4 millones de personas (casi el nivel de la cifra de paro actual). Y de paso solucionamos a su vez otros problemas como la conciliación de la vida particular con la laboral y mejoramos la productividad. No se solucionaría el problema para todas las personas paradas, pero sí para una buena parte de las mismas.

SIN REDUCCIÓN SALARIAL

Con la legislación actual en la mano, toda persona puede reducir su jornada entre un 12.5% y un 50% por guardia legal de un menor de 8 años. Sin embargo, esta reducción de jornada se acompaña de una reducción proporcional del sueldo, y aunque mucha gente esté dispuesta a trabajar menos, aún cobrando menos, otrxs muchxs no pueden permitírselo, independientemente de la mala disposición empresarial al respecto.

Es lógico suponer que algunxs de lxs trabajadorxs a lxs que se reduzca la jornada no van a querer ver mermados sus ingresos, por lo que, para compensar la pérdida de salario, recurrirían a las horas extras y el pluriempleo. Y si el o la misma trabajadora a la que se le ha acortado la jornada trabaja horas extras o recurre al pluriempleo... ¿Dónde queda la reducción? En nada. Es por esto que, para que la medida sea efectiva debe ser sin una reducción proporcional del sueldo de lxs trabajadorxs.

Y aquí es donde nos encontramos con la oposición de todxs lxs empresarixs del país, con su sucio jefe a la cabeza y el aparato estatal a su servicio,  para lxs que por su mala formación sólo es concebible que trabajemos más cobrando menos, y otra cosa sería el mundo al revés

REPARTO DE LA RIQUEZA

Pero, ¿de dónde saldría el dinero para que no bajen los salarios? DE LOS BENEFICIOS PATRONALES.

Las grandes empresas anuncian todos los años, sin ningún rubor, cifras de beneficios que superan lo imaginable. Haciendo un cálculo sencillo se hace evidente que la medida no les supondría ningún sacrificio. Grandes empresas y bancos pese a la crisis, trimestre tras trimestre presentan records de beneficios.

Somos conscientes de que una buena parte de los comercios, pequeñas y medianas empresas en principio no podrían permitirse la contratación de nuevos o nuevas empleadas. Sin embargo, con el dinero ahorrado en subsidios, más el incremento en la recaudación de impuestos, el Estado podría subvencionar una buena parte de los gastos a los que estas pequeñas empresas deberían hacer frente, hasta que la situación se normalice y el consumo se reactive. Es preferible que los impuestos se destinen a que la gente pueda vivir de su trabajo, y no a financiar EREs y despidos a diario, o a gastos militares, policiales, sueldazos de políticxs, salvar a la banca, etc…

La reducción de jornada para ser efectiva tendrá que ir acompañada de  la eliminación total de las horas extras, pluriempleos  y destajos, y del adelanto de la edad de jubilación.

Esto supondría:

· Reducción del paro, solucionando el problema a millones de personas, ante la necesidad de cubrir las horas no trabajadas.

· Reducción de gastos públicos en prestaciones y ayudas por desempleo.

· Más sueldos para gastar y reactivar el consumo.

· Aumento considerable de los ingresos del Estado por IRPF.

· Las cotizaciones a la seguridad social subirían, no haciendo "necesaria" la congelación de las pensiones o la cancelación de ayudas a gente necesitada.

· Al reducirse las horas trabajadas aumentaría la productividad de lxs empleadxs, así mismo la competitividad y los beneficios empresariales, lo que por otra parte justificaría el mantenimiento de salarios.

· Se lograría un mayor reparto de la riqueza en la sociedad.

· Mejoraría la conciliación de la vida social y privada con el trabajo.

· Y en definitiva, mejoraríamos nuestra calidad de vida hacía un futuro mejor.