Chile: un año de protestas... y asalto a un par de iglesias católicas

                                                                                                                                                                  por Javier Montenegro

No hay suficiente papel en el planeta para escribir la historia criminal del cristianismo, una organización dedicada desde sus orígenes al engaño, la extorsión, el asesinato y el robo. Una lacra que a lo largo de los siglos ha ido asolado todo el globo terráqueo, expandiendo sus tentáculos hasta los rincones más apartados. Y si bien todas las religiones son la misma porqueria, “ideas sancionadas por la ignorancia universal, y por la estupidez de los siglos, tanto como por el interés bien entendido de las clases privilegiadas” (1), de entre todas, la iglesia católica se destaca por haber alcanzado las cotas más altas de bellaqueria. 

De todos los grandes truhanes: Buda, Moisés, Jesucristo, Mani, Mahoma, Lutero, Calvino, Enrique VIII, Joseph Smith, Taze Russell, etc, que han aprovechado el miedo y la ignorancia del pueblo para fundar una religión, instalados en la superstición y los prejuicios; es el vil histrión de Judea, como lo llamaba Sade, el que se lleva la palma. 

La iglesia católica, después de casi dos mil años robando, es la organización religiosa más rica y poderosa del mundo. Su red de espias y agentes de negocios, con distintas marcas comerciales (jesuitas, franciscanos, dominicos, etc), conforman un enmarañado tejido empresarial, holding dirigido desde el Vaticano, con los más diversos intereses que abarcan todo tipo de inversiones y negocios, tanto en el sector servicios (colegios, universidades, hospitales, residencias para ancianos, medios de comunicación, etc), disfrazados de filantropia; como en la economía productiva y especulativa, de forma más opaca, invirtiendo en Bolsa; y siendo accionistas y formando parte de consejos de administración en cientos de miles de empresas de todo tipo; y es así que en muchos países, especialmente del Tercer Mundo o en vías de desarrollo, aunque no exclusivamente; su influencia alcanza los niveles más altos del poder político. 

Las propiedades muebles e inmuebles de la iglesia católica, incluídos tesoros artísticos de incalculable valor; son un escarnio a la pobreza, y la prueba más insultante de su inmoralidad. Siglos hablando de compasión con lxs pobres, pero condenándolxs a la resignación; y mientras tanto ellos enriqueciéndose al servicio de lxs ricxs. Una organización mafiosa internacional, con sus propias leyes al margen del común de lxs mortales, que siempre ha hecho de la hipocresia y la doble moral, su código ético; y donde hasta hace poco han estado ocultando y amparando pederastas y violadores, y seguro que aún siguen haciéndolo… algo que es bien sabido en todas partes, y en Chile aún más. 

Estos días con las protestas que anunciaban el cambio político en Chile, confirmado por los resultados del referéndum de este pasado domingo 26 de octubre, que comprometen a la reforma de la Carta Magna, abriendo un nuevo periodo constituyente para el Estado chileno, con la esperanza de que mitigue décadas de políticas neoliberales que han hundido en la pobreza a la mayoría del país; hemos tenido el placer de comprobar una vez más que “la única iglesia que ilumina, es la que arde”, la frase de Piotr Kropotkin, tan querida por lxs anarquistas. En esta ocasión, dos iglesias católicas del centro de Santiago de Chile, comprometidas con la dictadura pinochetista, han sido el justificado foco de la ira popular: la iglesia de San Francisco de Borja, donde el cuerpo de carabineros -responsable de decenas de muertes (2), miles de violaciones de los Derechos Humanos (3) y cientos de heridxs oculares (4)- celebra sus ceremonias institucionales; y la iglesia de la Asunción, tristemente famosa porque su casa parroquial fue utilizada durante la dictadura militar como centro de detención y tortura. Ninguna de las dos tenía valor artístico alguno, pero sí un macabro valor simbólico. 

Que cunda el ejemplo, es hermoso ver arder iglesias, y que estas dos sean el preludio de muchas más por todo el mundo, hasta que como sentenció Sade, “el árbol de la libertad de sombra a las astillas de la catedral de San Pedro” (5). 

Como dijo Sébastien Faure: “Durante demasiado tiempo, el contrato social se ha inspirado en un Dios sin justicia; es ya hora de que se inspire en una justicia sin Dios. Durante demasiado tiempo, las relaciones entre las naciones y los individuos han derivado de un Dios sin filosofía, tiempo es ya de que procedan de una filosofía sin Dios.” (6) 

Todo mi apoyo y solidaridad con lxs más de 25.000 detenidxs en las más de 4.000 manifestaciones que se han sucedido desde el inicio del estallido social en Chile, de octubre de 2.019 hasta hoy; y especialmente con Mónica y Francisco, que en julio de este año han vuelto a ser detenidxs y acusadxs de supuestos “delitos” (en el próximo montaje policial: el Incendio de Roma o la muerte de J.F. Kennedy), para ser puestxs en prisión preventiva, donde permanecen hasta la fecha. 

La democracia representativa, con sus partidos políticos y sus elecciones cada cuatro años, siendo infinitamente mejor que la dictadura, no soluciona nada medular, los problemas estructurales de la sociedad continúan inamovibles; y si a esta le añades políticas neoliberales, que sólo entienden de números y olvidan a las personas, la cosa todavía es peor. El reparto de la riqueza en Chile es un reclamo urgente, tanto como despojarse de la herencia del dictador. 

 

¡LIBERTAD PARA MÓNICA Y FRANCISCO, Y PARA TODXS LXS PRESXS! 

¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES! 

¡NI DIOS, NI PATRIA, NI AMO! 

 

 

 

(1) “Obras Completas de Bakunin- tomo 4”, Bakunin. Ediciones La Piqueta, 1979, Madrid, pág 162 (de su obra “Dios y el Estado”) 

(2) Desde octubre de 2.019 a marzo de 2.020, 34 personas han sido declaradas oficialmente como fallecidas en el curso de manifestaciones de protesta. 

(3) Desde octubre de 2.019 a enero de 2.020 se recogieron 5.558 denuncias por violación de los Derechos Humanos, según informe de la Unidad Especializada de Derechos Humanos de la Fiscalía Nacional. 

(4) Según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), desde octubre de 2.019, se han producido 460 episodios de lesiones oculares, de los que dos acabaron en ceguera y 35 con la pérdida de un ojo. 

(5) “Instruir deleitando o Escuela de amor- La philosophie dans le boudoir”, Marqués de Sade. Editorial Lucina, 3ª edición, 1.998, Zamora, pág. 171 

(6) “El pensamiento de Sebastián Faure”, Benjamín Cano Ruiz. Editores Mexicanos Unidos, 1.979, México D.F., pág. 63 (Sébastien Faure para el texto, de su obra “Doce pruebas de la inexistencia de Dios” publicada en 1.920)