
Un policía te ordena
identificarte. Tú accedes, le das tu DNI y le pides su número de placa. Él te
responde: “¿Ah sí?, pues el número te lo voy a dar escrito en la denuncia que
te voy a poner”. La denuncia es por desobediencia, resistencia o falta de
respeto, y por arte de magia democrática te acaban de caer varios cientos de
euros de multa. La palabra del agente va a misa y recurrir la sanción te costará
más de ese dinero que no tienes. Es sólo un ejemplo, pero el ejemplo se repite
y multiplica desde que entró en vigor la ley mordaza, hace poco menos de tres
años. En estos 33 meses, a base de multas, presunciones de veracidad policial,
abusos de autoridad y barreras judiciales, el Estado ha recaudado unos 200
millones de euros con esa ley. Un goteo de vidas arruinadas a las que una
sanción arbitraria puede dar el remate final, siempre en su mayoría, personas
pobres y especialmente desprotegidas. Esa caja de herramientas represivas deja
a criterio del Estado la imposición de, por ejemplo, hasta 30.000 euros de
multa contra tu abuela, si su enfado por la estafa de las pensiones le lleva a
manifestarse frente al Congreso.
Y no es sólo la Ley Mordaza sino
toda la multirreforma penal del 2015 lo que ha permitido la multiplicación de
delitos por enaltecimiento del terrorismo, la expulsión de personas extranjeras
por vías legales e ilegales, las devoluciones en caliente, la criminalización
de la defensa de derechos humanos, la legalización de la cadena perpetua, la manipulación
del delito de odio para que cualquier expresión disidente con el sistema
establecido pueda ser interpretada como tal delito. Cualquier cosa menos
discutir políticamente cómo hacer de la vida digna de todas las personas una
prioridad inviolable. Cualquier cosa para tirar a la basura los derechos fundamentales
de todas las personas. Cualquier cosa para limpiarse el culo con unos artículos
de la sacrosanta Constitución (los que nos vinculan a la declaración universal
de derechos humanos) y enarbolar otros (los muy españoles y mucho españoles) en
nombre de la ley y el orden. cualquier cosa para que callemos, traguemos y
miremos para otro lado ante la desgracia propia y ajena.
Y más aún, no es solo esa
multi-reforma penal (la última de más de 30 reformas desde el 1995, todas ellas
para reprimir y encarcelar más y más) sino una declaración de guerra de los
dueños del Estado y el dinero contra quienes queremos verdadera seguridad. La
verdadera seguridad es tener pan, techo, salud, educación, pensiones y papeles.
El gobierno del miedo y el saqueo es el mayor enemigo de la seguridad. La
justicia social es la mejor fuente de paz y seguridad. Por muchas leyes que
cambien y delitos que inventen, los que te roban, explotan y estafan nunca
velará por tu seguridad.
Así hemos llegado a un escenario
que cada día añade nuevos nombres, realidades y situaciones que muestran cómo
se viola a la libertad de expresión, cómo se persiguen las ideas, cómo se
criminaliza a los pobres, a las organizaciones sociales, a los creadores y
artistas: Raperos, sindicalistas, activistas, inmigrantes, manifestantes… Cualquiera
puede ser objeto de esa represión política y social que convierte a nuestro presunto
Estado democrático, nacido de la Constitución del 78, en una máquina de
castigar. Incluso pensar puede ser delito.
Se empieza por situaciones
insólitas de personas que son denunciadas por policías, no sólo en movilizaciones
ciudadanas sino en muchos otros ámbitos, por motivos tan absurdos como no
tratarles de usted, criticar la extralimitación de sus funciones o llevar una
camiseta reivindicativa.
Se continúa con la persecución a
periodistas, contra la libertad de información, o legalizando expulsiones
sumarias y colectivas, también llamadas “devoluciones en caliente”, con
terribles consecuencias para las personas que intentan llegar a Ceuta y Melilla.
Se acaba con una lista
interminable de penas de cárcel, prisiones preventivas, montajes policiales y
juicios farsa que nos permiten hablar de presos políticos, de censura, de violaciones
de los derechos humanos y de un Estado que multiplica los medios represivos
para mantener la explotación y la desigualdad de una gran parte de la sociedad,
así como para perseguir a quienes luchan contra estas injusticias.
No podemos seguir permitiéndolo. Detrás
de cada sanción, condena o abuso judicial o policial de todo tipo, hay todo un
proyecto político, un modelo de sociedad basado en una actuación policial
indiscriminada permanente, que olvida las necesidades de las personas y
machaca derechos como la libertad de expresión, de asociación y de protesta contra la
injusticia.
Es el momento, y nunca ha dejado
de serlo, de salir a las calles para mostrar nuestro rechazo a un entramado
legislativo violador de los derechos humanos. no queremos ni Ley Mordaza ni ese
código penal. No a las leyes que sólo sirven para causar más daño. Exigimos su
derogación. Repetimos: La verdadera seguridad consiste en tener techo, comida,
educación y salud. La justicia consiste en garantizar esa seguridad y la
libertad es disfrutar colectivamente esa justicia.
Contra la represión, por los
derechos y la libertad.
Esta no es nuestra democracia.
La policía ha matado a otro mantero ayer en Madrid, Mame Mbaye Ndiaye de 35 años, que agonizó en el suelo porque la policía después de una sañuda persecución por el centro de Madrid, no permitió que un vecino le practicara primeros auxilios, de forma que cuando llegó el Samur ya había fallecido de parada cardíaca, y para completar la faena luego han incendiado Lavapiés para acallar la protesta y justa indignación del barrio (del que Mame Mbaye Ndiaye era vecino) por el crimen, cargando brutalmente contra el vecindario.
ResponderEliminarPregunta retórica (todos sabemos la respuesta), ¿Cuánto vale la vida de un ser humano para la policía española tratándose de un inmigrante?.
Esta no es nuestra democracia.
Al llegar a Lavapiés, Mame Mbaye se desplomó al suelo e inmediatamente un amigo mantero que desde la plaza del Sol huía con él de la persecución, intentó reanimarle, y en esto llegó la Policía Municipal que lo primero que hizo fue golpear a la persona que estaba ayudando a Mame y alejarla de él, y es después, cuando ya Mame es cadáver, que los policías se hacen un video alrededor de él, supuestamente socorriéndole.
EliminarEste es el testimonio de la persona que fue golpeada cuando intentaba ayudar a Mame y lo presenció todo. Testimonio que en un primer momento recogió La Sexta aunque Roures (el ex-trosquista que maneja las televisiones en España) lo quiera hacer desparecer ahora para defender la actuación policial.
Y una vez más el chat de la Policía Municipal de Madrid vuelve a poner en evidencia el coeficiente intelectual y la catadura moral de sus integrantes, sin que la señora alcaldesa haga nada.
La erdoganización de España: Presos políticos, gravísimos ataques a la libertad de expresión, jueces y agencias del Estado al servicio del gobierno, políticos corruptos (redundancia o pleonasmo), empresarios explotadores (idem), brutalidad policial, curas trabucaires, así es la España del PP-PSOE en 2018, un país conocido por los narcotraficantes colombianos y las mafias rusas como Disneylandia por la ineptitud policial (lugar de retiro y vacaciones de delincuentes internacionales), que usa las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado como policía política para reprimir las protestas y maltratar a inmigrantes, izquierdistas, independentistas y pobres.
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