Por fin una buena película, refrescante, en medio de tanta basura comercial y que además (hemos tenido que esperar hasta el 2022) es respetuosa con las ideas anarquistas.
Se trata de la película “Unrueh” titulada aquí “Disturbios”, el segundo largometraje del guionista y director de cine suizo Cyril Schäublin, nacido en Zurich en 1984.
La película estrenada en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2022, recibió el premio a Mejor Director de la sección Encuentros, y desde entonces ha recibido muchos más premios y reconocimientos internacionales, por ejemplo en la Viennale (Festival Internacional de Cine de Viena), en el New York Film Festival, en la Mostra de Sâo Paulo, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el premio a Mejor Contribución Artística en el Beijing International Film Festival, entre otros.
La acción se desarrolla en Suiza, en la comuna de Saint-Imier, en el cantón de Berna, y nos cuenta la rutina de la vida en las fábricas de relojes, con apuntes biográficos de la estancia de Piotr Kropotkin cartografiando la zona, y la circulación de las ideas anarquistas.
Una fotografía sobria y formal para retratar la grandeza rotunda de la exuberante vegetación de montaña y la bella arquitectura tradicional popular suiza, con un montaje inteligente donde algunas secuencias y planos se repiten para aligerar y hacer más fácil la lectura del guión, pero sin hacerle perder dinamismo, enlazando temas y reforzando la comprensión general. Un guión sencillo que encierra mucho más que su modestia aparenta.
Así por detrás o por delante de la historia de Piotr Kropotkin y Josephine pasa Louise Michel, Carlo Cafiero, L´Avant-Garde (1) y temas como: el asociacionismo obrero anarquista en cooperativas y las mutuas sindicales; el machismo lacerante de la patronal en las fábricas; la solidaridad internacionalista; la ética anarcosindicalista del trabajo y el antimilitarismo; el sabotaje como arma de lucha obrera; la persecución política y sindical; la colaboración internacional entre las policías de los países para la represión del anarquismo; la Comuna de París; la propaganda por el hecho y los magnicidios; el racionalismo anarquista; la codicia capitalista; los primeros pasos de la fotografía y la publicidad; el nacimiento de una nueva forma de entender la geografía; lo injusto del "sistema Escher" que fusionaba la élite industrial y el poder político, y lo nada representativos de la voluntad popular por lo restrictivo y arbitrario de los procesos electorales; la práctica de la democracia directa entre anarquistas; el alcance del anarquismo decimonónico por todo el mundo; etc.
La película empieza con este texto de Piotr Kropotkin de 1877 sobre la pantalla en negro: “La independencia de pensamiento y expresión que encontré entre los trabajadores de las montañas del Jura suizo interpeló tan fuertemente a mis sentimientos; que después de pasar unas pocas semanas con los relojeros asalariados, mis puntos de vista sobre el socialismo se consolidaron: yo era un anarquista.”
Siendo condición de la obra de arte unir lo universal a lo particular y hacer pensar, nos encontramos ante algo que creo se acerca mucho. Además de ser un homenaje al anarquismo.
Por último resaltar que en los créditos el primer agradecimiento del director es para el CIRA - Centre International de Recherches sur l'Anarchisme (Lausanne).
Saludos
J.M.
(1) Organo de la Federación Francesa de la AIT. Semanario editado en Suiza subtitulado como “Organo Colectivista y Anarquista”. Tuvo una vida efímera, sólo 40 números, del 2 de junio de 1877 al 2 de diciembre de 1878. Publicado por Paul Brousse tuvo como colaboradores a Piotr Kropotkin y Élisée Reclus entre otros.
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